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Intolerancia

El ejemplo manifestado por los gobiernos de Francia y de Hungría para frenar el preocupante avance de rechazo hacia “lo diferente” que se está produciendo en Europa, son señales claras de por donde deben ir las actuaciones que todos los gobiernos han de seguir para la erradicación de este tipo de comportamientos que atentan contra la convivencia, y que no solo preocupa a la Comisión Europea de Derechos Humanos, sino a cualquier persona que tenga un mínimo atisbo de humanidad, rasgo éste, que cada vez se haya mas desligado de la propia esencia humana, pues de otro modo ¿Cómo podría entenderse que en pleno siglo XXI todavía tengan cabida las ideas xenófobas y que proliferen políticos que las defiendan?

La respuesta del presidente húngaro László Solyom ante la reciente oleada de asesinatos a gitanos no pudo ser mas contundente, afirmando que "la protección y asistencia a la comunidad gitana es un asunto de honor" y una cuestión de estado, por tratarse también de una situación que "amenaza la estabilidad del país". Dicho y hecho, ofrecieron una gran recompensa por cualquier información que les facilitase dar con los asesinos, dando un resultado inmediato con las detenciones de este mismo viernes.

Por su parte, el gobierno francés también ha hecho lo propio destituyendo a Paul Girot de Langlade, coordinador local para la isla de Reunión de los Estados Generales de Ultramar  por haber realizado unos comentarios racistas.

Sólo son dos ejemplos de actuaciones encaminadas en una dirección inequívoca para la erradicación de este tipo de conductas, pero actuaciones que por otro lado, no todos las están dispuestos a realizar, e incluso en algunos casos, todo lo contrario, tal y como vemos que sucede en Italia como ejemplo dentro de la Unión Europea, pero sin olvidarnos del verdadero drama que acontece en Kosovo.

A su vez, el ejemplo que estos últimos meses hemos tenido en España con el caso de la pasarela de Moratalaz (Madrid), donde la construcción de un puente que unirá dos distritos tan diferentes entre si como son los de Moratalaz y Retiro, también es muy representativo, puesto que en él, se muestra con toda claridad el modo espontáneo en el que muchas veces se organiza todo un movimiento social con claros tintes de exclusión elitista, movimiento en forma de protesta social que los políticos con menos escrúpulos y marcadas tendencias xenófobas, no dudan en saber aprovechar para sus objetivos partidistas. 

Es precisamente en este tipo de movilizaciones, donde las autoridades locales han de prestar especial atención para saber tratarlas debidamente, y evitar de ese modo que sirvan como “caldo de cultivo” de una nueva legión de "discípulos intolerantes” al servicio ciego de partidos u organizaciones de ideología racista.

Las actitudes de los máximos mandatarios políticos son importantes en esta lucha contra el racismo y la intolerancia, pero tan importante o más, lo es la actuación del funcionario, policía o concejal, que día a día se enfrenta con pequeñas protestas o actuaciones discriminatorias como las vividas en Moratalaz. De la “sabiduría humana” de estas personas es de donde verdaderamente depende y se define el “rumbo” y la “conciencia moral” de los pueblos, y por consiguiente también, el  destino mismo de las propias naciones.

Mundo Gitano

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